SANTO DOMINTO, República Dominicana.-Semana Santa: para muchos, igual a diversión, a viajes, mucho sol, playa y arena.
Cada año disfrutamos de esta época festiva y religiosa, pero en la parte festiva nos olvidamos de proteger a un gran aliado: la piel.
El órgano más grande es dejado de lado por la mayoría de los vacacionistas, y luego de los días feriados tienen que enfrentar quemaduras muy dolorosas en el cuerpo.
¡Manos a la obra!Para evitar daños irreversibles, la dermatóloga Yanira Vicioso Valdez realiza recomendaciones que pueden ser útiles no solo para las vacaciones sino para toda la vida.
De acuerdo a Vicioso, debemos prepararnos para la exposición solar debido a que los efectos que producen los rayos ultravioletas son irreversibles y tenemos que estar conscientes del peligro.
«Solo cuidamos la piel porque entendemos que es un adorno para proyectarte joven y bella y debemos verla como un órgano vital porque tiene funciones determinantes para nosotros estar vivos», asegura Vicioso.
La dermatóloga enfatiza tres funciones importantes
de este órgano: protección ante los daños ambientales, bacterias y golpes; regulador de la temperatura, por cuanto nos exponemos al frío o al calor; y segregar y excretar con la capacidad de producir grasa, lo que permite la lubricación en la piel y por lo que podemos gesticular y movernos.
La piel es una casa que nos aloja durante toda la vida y por eso hay que protegerla. Los elementos más dañinos son el sol y la poca ingestión de agua. De igual manera la ingestión de alimentos no saludables, hay que cuidar que tengan las vitaminas y nutrientes que el cuerpo necesita y que se encuentran en vegetales de color rojo, amarillo, verde», afirma Vicioso.
De no
tener estos cuidados los tejidos, que de acuerdo a la dermatóloga son como los esprines de un colchón que mantiene la piel firme, perderán su elasticidad y ocasionarán que la piel se ponga flácida y aparezcan las líneas de expresión.
Qué hacer
Antes de exponernos a los rayos solares es necesario brindarle nutrición a la piel. Además podemos limpiarla para exponerla de manera correcta porque los rayos del sol también aportan vitaminas «positivas».
Vicioso afirma que el primer paso es exfoliar: «Hay que liberarla de las células muertas que cuando terminan su viaje terminan viejas y secas ocasionando que la piel se vea gris, sin vida y sin brillo. Es por eso que el cuerpo necesita de una limpieza profunda dos veces por semana».
En el mercado existen diversos productos para
lograr este paso como las sales marinas, el azúcar, el polietileno, las semillas de frutos -que no terminen en puntas porque pueden rayar la piel- y enzimas mezcladas con aceites o con cremas.
«La exfoliación se realiza con movimientos circulares en todo el cuerpo enfocándose en los codos, las rodillas y las plantas de los pies, que se resecan por el cúmulo de células córneas. Lo recomendable es finalizar con una ducha de agua fría y aprovechar que los poros están abiertos para nutrir la piel con cremas humectantes ricas en vitaminas A, C y E», enfatiza.